aca va otro fragmento
Alfredo era el hijo mayor de una familia polaca. Los Witoldsky. Seguro que en Polonia el apellido se escribiria de otra manera, pero ya se sabe, cuando uno pasaba el puerto en la primera mitad del siglo pasado, con suerte portaba la grafia exacta del nombre del padre. Y se sabe que la suerte no te toca todos los dias
Uno puede imaginar en el pasado la gran guerra, algun barco, pero la verdad de la milanesa es que solo algunas fotos y el acento de sus viejos era lo que Alfredo portaba de su pasado polaco. Habia dos hermanas mellizas, las polacas, rubias y desabridas, con las que hablaba poco y nada, por que en esa familia nadie hablaba nada. Y el sentido del humor de los Witoldsky estaba agujereado por cierta maledicencia, una vision sardonica sobre el resto de los argentinos, como si estuviesen de paso en el pais, viajeros distantes y no se dieran cuenta de que su futuro estaria atado a los devenires de la celeste y blanca.
Ludwigsdorf, ese era el nombre de la aldea. Vaya a saber como estaba ahora. Vaya a saber si no habia sido morfado por la guerra.
Como Alfredo tuvo la idea de ser payaso, no queda muy claro. A los trece era un adolescente sin gracia, un poco granuliento, alto pero desgarbado y mal vestido, como si no le importara, aunque le importaba.
No hubo circo, ni tio artista, ni nada que se le pareciera. Pero un dia dijo voy a ser payaso, y no sabia como hacerlo, y empezo por los malabares con naranjas y sobre todo por el nombre. Se tranquilizo cuando encontro la palabra cucharita. Le parecio gracioso llamarse el payaso cucharita aunque cuando se lo conto a las mellizas lo miraron como si estuviera con la peste bubonica. En cuanto a sus padres, no podian creer semejante estupidez.
Y asi, con tres naranjas bamboleandose en el aire y el nombre del payaso Cucharita, Alfredo empezo a caminar hacia Kandor.
Está muy bueno que alguien "de nosotros" (y esta denominación queda abierta a las entendederas de quienes quieran) se ponga a escribir una novela. Te deseo lo más mejor para semejante emprendimiento, y por favor, andá contando qué será de la vida del Payaso Cucharita.
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